jueves, 29 de enero de 2009

LOS AROMAS DEL VINO


Cuando las personas compran botellas de vino y en la contra etiqueta (etiqueta de atrás de la botella) les dicen que el aroma del vino es afrutado o ahumado, la gente se imagina que el vino le va a saber a banano o mango o peor aun, a humo, lo que la gente no sabe es que una de las partes mas importantes del vino son sus aromas ya que estos marcan cada cepa de cada añada, son como un sello que cada una de las uvas traen. Estos aromas evolucionan en la nariz humana como una armonía de olores que nos pueden dar una idea bastante específica de cada vino. Se dividen en tres tipos de aromas, cada uno de estos tipos de aromas los adquiere conforme el vino va pasando por las distintas fases desde la uva hasta llegar en forma de vino propiamente dicho a nuestras copas:

  1. Aromas Primarios: son aquellos que vienen del ADN de la uva, cada cepa tiene aromas diferentes y eso es lo que hace que cada vino sepa diferente el uno del otro, claro que con algunas similitudes entre cepas pero jamás los mismos
  2. Aromas Secundarios: son aquellos que se producen al momento de la fermentación por la acción de las levaduras
  3. Aromas Terciarios: son aquellos que se adquieren cuando se pasan por madera este proceso se llama crianza o guarda, cada vino adquiere diferentes aromas en este punto, unos vinos mas marcados que otros debido al tiempo que se deje en las barricas, aquí entran a calificarlos en jóvenes, de crianza, reserva, y gran reserva
los aromas que podemos encontrar en los vinos son: Serie afrutado: Aromas de fresas, frambuesas, manzana, plátano, damascos, durazno, banano y grosella. Aroma Floral: Acacia (típica de la uva Chenin), madreselva, que recuerda a ciertos albariños, rosa, violeta. Serie vegetal: El pimiento verde, trufas(clase de setas), champiñon, el helecho y la menta. También se consideran de esta gama el humus o el sotobosque. Serie animal: Cuero, piel mojada, pelo y mantequilla fresca, se presentan en vinos evolucionados, con largas estancias en barrica. Serie empireumática: Aromas de torrefacción, de madera tostada, de pan tostado, de frutos secos tostados, ahumado, chocolate amargo, café y caramelo. Aromas minerales: como sílex o piedra de fusil y pizarroso (ciertos chablis o sancerres). Serie balsámica: Sándalo, eucalipto, cedro, pino. Serie especiada: Romero, tomillo, laurel, pimienta, clavo y azafrán.

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